¿Sientes mucho cansancio? ¿te conformaste ?
No quiero perder nunca la esperanza. No quiero dejarme tentar ni seducir. Es tentadora la seducción. Los hombres me pueden seducir. La misma vida. Y hacerme creer que todo está bien. Que tengo lo suficiente. Que no hay que temer. Me seducen con una vida cómoda y fácil. Una vida de los sentidos, sin trascendencia ninguna. Es seductora la vida acomodada. San Francisco de Asís les decía a sus hermanos en su lecho de muerte: “Hay que apurarse en comenzar de nuevo, pues aún no hemos realmente comenzado”. Casi como si no hubiera hecho nada después de haber sido instrumento para una comunidad con miles de miembros. Y decía el padre José Kentenich: “Si queremos nadar siempre en la corriente de vida, si queremos ser marcadamente hombres del mundo sobrenatural, si esperamos la irrupción divina en nuestra vida personal y en nuestra vida de Familia, no estaremos nunca satisfechos, hasta el fin de nuestra vida. No se trata de un descontento vacilante, que desanime o paralice, sino de ...