¿Qué hay que hacer cuando muere un ser querido?
Sobre la cristiana sepultura, las palabras del Catecismo de la Iglesia Católica son: Los cuerpos de los difuntos deben ser tratados con respeto y caridad en la fe y la esperanza de la resurrección. Enterrar a los muertos es una obra de misericordia corporal, que honra a los hijos de Dios, templos del Espíritu Santo (n. 2300). Lo más habitual será colocar los restos mortales en un ataúd y éste en una tumba en el cementerio –la llamada “exhumación”-, pero no es la única posibilidad. El Catecismo mismo aclara que La Iglesia permite la incineración cuando con ella no se cuestiona la fe en la resurrección del cuerpo (n. 2301). En este caso, se da sepultura a las cenizas del difunto, que pueden colocarse en pequeños nichos –los llamados “columbarios”-, que hacen así de tumba. A esto hay que añadir que, siempre que se pueda, conviene realizar el entierro –en cualquiera de sus modalidades- con la sencilla ceremonia litúrgica prevista para ello, que preside un sacerdote o un diáco...