Hoy Jesús dice lo que piensa. Lo hace sin rodeos, sin indirectas.
«El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido» ¡Qué diferente es su estilo al de los fariseos! Ellos lo halagan para dejarlo en evidencia. Conspiran contra Él porque lo temen y lo detestan. Jesús se ha cansado de sus palabras oscuras y habla claro: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen». Esos fariseos que hablan mucho son lobos con piel de cordero. Jesús mira su corazón y lee sus verdaderas intenciones: «Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar». Yo me siento como ellos. A veces pongo cargas en los demás que luego yo mismo no estoy dispuesto a llevar. No me exijo nada a mí mismo, me justifico, me disculpo. Pero al mundo le exijo más. Pido, y no doy. No estoy di...