¿Controlarlo todo? Ni siquiera tu vida…
Me sorprendo a mí mismo tocando el cielo a veces, y cayendo en la tristeza cuando menos lo espero Me gusta mi vida cuando la controlo absolutamente. Cuando abarco sus aristas y sus vértices. Cuando conozco todas sus subidas y bajadas. Sus horarios exactos. Sus rutinas sagradas. Su perfecta cadencia. Su armonía. Sus sinsabores y sus alegrías. Sus luces y sus sombras. Su música tranquila. Sus risas y sus lágrimas. Me gusta la vida cuando abarco todo, o al menos es lo que creo. Cuando me levanto tranquilo y pienso que controlo mis horas, mis movimientos, mis palabras, mi agenda, mi paz. Cuando me acuesto cansado y feliz por el trabajo realizado. Cuando amo despacio. Cuando me duelen las ofensas y digiero a penas los tragos difíciles. Cuando me alegran los éxitos y me entristecen las críticas. Esa vida que a veces sostengo entre mis manos pensando que soy yo quien la dirige. Pero otras veces veo cómo fluye como un río en caída entre mis dedos. Sin querer retener el tiempo. Sin pr...