Escuchar desde el silencio
Hay días en los que el peso del mundo cae sobre el corazón. El sábado pasado fue uno de ellos: tuve la oportunidad de caminar paseando por la noche de Madrid y observando a las personas que había a mi alrededor. Había mucha gente en la noche madrileña. La mayoría muy arreglados, cenando o tomando algo en las terrazas abiertas o en los restaurantes por los que pasaba. Y yo miraba sus rostros y no veía risas. Ni sonrisas. Incluso crucé la mirada con algunos de esos rostros y sólo vi tristeza y vacío. Y oré por ellos, escuché su dolor desde mi silencio. Llegué a mi coche, en medio de un descampado, y me encontré rodeada de chicas ejerciendo la prostitución. Más personas por las que orar, más vidas guardadas en lo profundo. Con esos rostros en mi corazón y preguntando al Señor cómo podía ser luz en medio de tanta oscuridad, encendí la radio y saltó, como siempre, Radio María. A los pocos minutos comenzó un monje del Monasterio Cisterciense de Santa Mª de las Escalonias (Córd...