¿Es lo mismo ser radical que ser fanático?
No quiero el fanatismo ni el radicalismo. No quiero los extremos que me alejan de las personas. Que mis raíces sean hondas. En mi hogar, en mi entorno, en mi familia, en las personas concretas que amo Creo que la palabra radical a veces se entiende mal. No quiero el fanatismo ni el radicalismo. No quiero los extremos que me alejan de las personas. Me hacen intolerante y duro. Intransigente y rígido. Decía el tenista Rafael Nadal: El radicalismo crea problemas en todos los ámbitos de la vida. Hay veces que se confunden la emoción y la pasión con el fanatismo y el radicalismo. Se pueden vivir las cosas con emoción y pasión sin llegar a la radicalización. El fanatismo genera en mí reacciones que detesto. Me lleva a descalificar a otros, a condenar a los que no son como yo, a criticar y alejar de mí al que no comparte mis ideas. ¡Qué dolor cuando mis ideas construyen muros infranqueables! Es verdad que tengo ideas claras sobre las cosas. Sé lo que creo. Lo que quiero. Y qui...