Cuánta paciencia tiene Dios conmigo.
La hodierna página evangélica propone tres parábolas con las cuales Jesús habla a la multitud del Reino de Dios. Me detengo en la primera: aquella de la buena semilla y de la cizaña, que ilustra el problema del mal en el mundo y pone en evidencia la paciencia de Dios (Cfr. Mt 13,24-30.36-43). ¡Cuánta paciencia tiene Dios! También cada uno de nosotros puede decir esto: “¡Cuanta paciencia tiene Dios conmigo!”. La narración se desarrolla en un campo con dos protagonistas opuestos. De una parte el dueño del campo que representa a Dios y siembra la buena semilla; de otra parte el enemigo que representa a Satanás y siembra la mala hierba. Con el pasar del tiempo, en medio del trigo crece también la cizaña, y ante este hecho el dueño y sus siervos tienen actitudes diversas. Los siervos quisieran intervenir arrancando la cizaña; pero el dueño, que está preocupado sobre todo por la salvación del trigo, se opone diciendo: «No, porque al arrancar la cizaña, corren el peligro de arran...