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Mostrando las entradas de agosto 16, 2017

¿Sabías que a Jesús no le asustaba la soledad?

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Por qué no buscar, en vacaciones, momentos para hacer silencio y meditar? Podrían darte mucha paz Jesús sube a lo alto de un monte a orar, a descansar, con tres de sus amigos: «En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se los llevó aparte a una montaña alta». Jesús busca siempre lugares apartados en los que descansar. Eso me conmueve. Ama la soledad y el silencio. No le asusta estar solo. Busca lugares solitarios. Estoy acostumbrado a estar con gente. Rodeado de conocidos. En lugares conocidos. Me asusta la soledad. Duele la soledad, pero también me sana. «La forma cristiana de vida no libera de la soledad. La protege y la cuida como un don precioso. Quizás el penoso reconocimiento de la soledad sea un hecho fundamental en nuestra existencia. Pueda ser un don que debamos proteger y guardar, porque nuestra soledad nos revela un vacío interior que puede ser destructivo cuando es mal comprendido, pero lleno de promesas para el que pueda aguantar