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Mostrando las entradas de agosto 27, 2017

¿Cuáles son las posturas y gestos corporales en la Misa?

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Durante la Misa asumimos diferentes posturas corporales: nos ponemos de pie, nos ponemos de rodillas, nos sentamos y también somos invitados, a realizar una serie de gestos En la celebración de la Misa levantamos nuestros corazones, nuestras mentes y nuestras voces a Dios, pero somos criaturas compuestas tanto de cuerpo como de alma y es por esto que nuestra oración no está confinada a nuestras mentes, a nuestros corazones y a nuestras voces, sino que también se expresa en nuestro cuerpo. Cuando nuestro cuerpo participa en nuestra oración, rezamos con toda nuestra persona, como espíritus personificados tal como Dios nos creó. Durante la Misa asumimos diferentes posturas corporales: nos ponemos de pie, nos ponemos de rodillas, nos sentamos y también somos invitados, a realizar una serie de gestos. Estas posturas y gestos corporales no son meramente ceremoniales. Tienen un significado profundo, así, cuando se realizan con comprensión, pueden realzar nuestra participación personal

Pedro centro visible de la Iglesia como quiso Jesús

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«Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo», «tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia». (RV).- El Papa Francisco introdujo el rezo mariano del Ángelus del XXI Domingo del Tiempo  Ordinario, reflexionando con el Evangelio de San Mateo (16, 13-20), que presenta la confesión de Pedro al Señor Jesús. Cuando el primero de los Apóstoles responde al Maestro con palabras que nacen de su corazón: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo», enviado por Dios para salvar a la humanidad. Y Jesús, comprendiendo que la fe de Simón es un cimiento sólido para construir su Iglesia, le dice: «tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia». Tras señalar que «también con nosotros, hoy, Jesús quiere seguir construyendo su Iglesia, esta casa con cimientos sólidos, donde sin embargo no faltan grietas, y que necesita constantemente ser reparada, como en los tiempos de Francisco de Asís», el Santo Padre destacó que aunque nos sintamos piedras pequeñas, «ninguna piedra pequeña es