Decálogo de la Serenidad de San Juan XXIII
Sam Juan XXIII sacaba la serenidad, ante todo, de su alma de santo en contacto con el Sobrenatural, pero también de su inteligente sabiduría humana Por: José Luis Martín Descalzo | Fuente: Razones desde la otra orilla Uno de mis «vicios» es mi especialísimo cariño a Juan XXIII, que fue, sin duda, el ser humano que más me ha enseñado sobre la vida y sobre el alma. Y una de las cosas que más me asombraron siempre en él era aquella extraña, casi milagrosa, serenidad que mantenía ante los problemas y ante las tormentas de su vida, que no fueron pocas, aunque él lo disimulase. Yo recuerdo, por ejemplo, aquel día de octubre de 1962 en que pareció que el Concilio Vaticano iba a dividirse en dos, cuando la mayoría de los obispos centroeuropeos y del Tercer Mundo se «cargó» el más importante de los esquemas preparados por la Curia Romana y los prelados más conservadores. La situación era bastante desconcertante, porque el número de votos contra el esquema superaba la mitad, pero n...