Autoestima… ¿Y si lo cambiamos por Cristo-estima?
Está muy de moda escuchar hablar de la autoestima y de amarte a ti mismo. Y es muy necesaria e importante, pero vivida en su justo medio Todos nacimos con esa necesidad del yo -ego-, que es lo mismo que autoestima y propia reputación. El ser humano debe y necesita amarse y aceptarse a sí mismo e igual de importante, saberse amado y aceptado por los que le rodean. En pocas palabras, la valoración personal -o autovaloración- es el arranque de motores para valorar a los demás. El gran problema de hoy en día es que muchos se quedan tan solo en ese calentar de motores, estancados en el yo. Es decir, primero yo, luego, por último, yo, y si me queda tiempo, los demás. Siguiendo todavía en esta misma línea, la autoestima va a partir de la concepción que la persona tiene de sí misma. Y también de la idea que los demás tengan de ella. Es decir, lo que los demás opinen sobre su persona. Aquí hago un paréntesis en la importancia de mandar mensajes de valoración positiva a nuestros hijos,...