¿Qué es la Misa?
Como ya sabemos, la Misa es la celebración de un misterio. Y como tal, no puede ser confundida con otras celebraciones. Ella es especialmente una comida, un sacrificio, memorial de la Pascua, sacramento del Reino de Dios.
Veamos éstos cuatro puntos anteriormente nombrados:
1. Comida:
Ante todo, la Misa es una comida, fue instituida por Jesús durante la última cena pascual celebrada por los Apóstoles. Es una comida en sentido pleno y doble comida. Ya desde los comienzos, los cristianos distinguieron claramente la comida Eucarística de las otras comidas, aunque todas recibían el nombre de “fracción del pan”. En la celebración Eucarística, el cristiano se alimenta primero de la Palabra de Dios y luego del Cuerpo del Señor. El episodio de Emaús, en el que Jesús sirve primeo el pan de la Palabra y luego parte el pan de la Eucaristía, es un hermoso ejemplo de ésta comida que no es una simple reposición de energías. También, implica fraternidad, pues celebra el mayor misterio cristiano.
2. Sacrificio:
En la comunión, recibimos a Cristo que fue sacrificado, no por una fatalidad en sí, sino por ser fiel al proyecto del Padre. Durante su permanencia entre los hombres, Jesús, estuvo siempre disponible al proyecto de salvación, lo cual le produjo serias consecuencias, de las que nunca se sustrajo. Todo esto culminó con la muerte en la Cruz, aceptada para el bien de la humanidad, derramando su sangre por todos. Él es, al mismo tiempo, sacerdote y victima (se ofrece a sí mismo y es ofrecido por él mismo). Jesús vinculó ésta vida de oblación a la celebración eucarística que, de esta manera, se convirtió en memorial de la Pascua, para realizar concretamente, con nuestra celebración, el plan redentor del Padre.
3. Memorial de la Pascua:
Cuando Jesús instituyó la Eucaristía, recomendó que sea repetida en su memoria. Según la concepción bíblica, hacer memoria implica hacer presente la riqueza y la fuerza de un misterio celebrado. El hacer presente un misterio del pasado no lo agota porque debe ser proyectado en forma más vigorosa y concreta hacia el futuro. Hacer memoria de la Resurrección, es recordar lo que ocurrió en el pasado, pero también es hacer que sus efectos actúen en el presente y en el futuro. Todo en función de la segunda venida de Jesús.
4. Sacramento del Reino de Dios:
Así como hace más de dos mil años, Cristo se entregó por todos, actualmente lo sigue haciendo, ejerciendo su sacerdocio inmutable, el cual ejercerá por siempre y para todos hasta el fin de la historia. De este modo, por la celebración de la Eucaristía, donde Jesús se hace particularmente presente, el cristiano participa anticipadamente de la realidad futura del Reino de Dios. Por eso, dice San Pablo que, en este sacramento, el cristiano, recibe el Reino como una semilla en constante crecimiento y evolución que lo prepara para la vida eterna.
por Lorena Bais |
Comentarios
Publicar un comentario