¿Conocéis a Antonio Gaudí?, El Padre Palos te lo presenta...
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¿Conocéis a Antonio Gaudí? Era un famoso arquitecto catalán, que diseñaba edificios muy originales, llenos de formas curiosas y color, como la casa Batlló o el parque Güell, los dos en Barcelona. Su proyecto más importante fue la basílica de la Sagrada Familia, de esta misma ciudad, que hoy en día todavía se está construyendo. ¡Y eso que Gaudí murió en 1926!
Además de un genio, era muy buen católico. Con esta iglesia, «quería dar gloria al Creador. Por eso tiene esas torres y agujas que suben hacia el cielo. Cuando esté acabada, la torre más alta, la del Redentor, medirá 140 metros y tendrá unas luces muy potentes en forma de cruz, que representan la luz de Jesús».
Es el mismo Antonio el que se lo cuenta, una vez al mes, a los niños que pasan por la cripta de la Sagrada Familia, una iglesia más pequeña en la parte de abajo del templo grande. Y lo hace a través de un muñeco de tamaño casi natural, que maneja y al que da voz el sacerdote Carlos Palos. Este cura, además de sacerdote, es ventrílocuo: habla sin abrir la boca para que parezca que lo hace la marioneta.
Con este método, el muñeco Gaudí explica a los niños por qué toda la Sagrada Familia, sobre todo la fachada del nacimiento de Jesús, «está llena de esculturas de animales». «De pequeño tuve reuma –una enfermedad que causa dolor en los huesos– y no podía jugar con otros niños. Por eso me hice amigo de los animalitos que había en casa: caracoles, tortugas… Los puse en la fachada para que alabaran a Dios», confiesa. Le importaba tanto este templo, que «cuando me quedé sin dinero para terminarlo salí a pedir por la ciudad. Era por Jesús y no me daba vergüenza».
“Hoy no sé si actuaré. Han venido varios artistas nuevos y no nos daría tiempo a todos”, explica el sacerdote Carlos Palos. Es el primer domingo de noviembre por la mañana. Medio centenar de personas, en un ambiente familiar, gozan de variados espectáculos de músicos, cuentacuentos, corales, ventrílocuos, magos, payasos y actores. Los visitantes que van hacia la cripta de la Sagrada Familia se asoman. Sienten curiosidad. Algunos miran de qué va, se acercan, y acaban sentándose.
pesar de lo dicho, el sacerdote no ha podido evitarlo. Con el personaje de Gaudí enfundado en la mano derecha, el sacerdote ventrílocuo espera que acabe la actuación de música. Llega su turno. Gaudí habla a sus anchas y no se corta. Entre bromas explica su obra y dice que se siente orgulloso de haber sido considerado un loco y un soñador, y que no dejará de soñar. También anima a los presentes a no ser gallinas de corral cuando están llamados a volar como las águilas. Los niños atienden, los padres sonríen.
El sacerdote Carlos Palos defiende que “la liturgia bien vivida es lo más sublime”, pero dice que “muchos no están capacitados para ese lenguaje, en cambio, sí captan la trascendencia en una pintura, una escultura, un templo, una pieza musical o una teatralización”. Por eso tiene esta preocupación de buscar maneras para celebrar y transmitir la fe “más allá de la celebración litúrgica”, porque “el arte es medio de levantar los espíritus”, concluye.
Estos espectáculos son una manera de “crear espacios alrededor de los templos donde se pueda catequizar de una manera distinta”, pero MosénPalos insiste que no es la única. Por eso, el pasado verano también impulsó un voluntariado cultural de estudiantes internacionales para hacer de guías turísticos en iglesias. “Barcelona está llena de visitantes que desean ser ilustrados en esa fe que levantó nuestros templos”, expone. Le gustaría transmitir esa inquietud a mucha más gente para que aparecieran más iniciativas en este sentido.
Fuente: Opus Dei / Alfa y Omega
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