Tus 12 propósitos (realistas) para 2018


Si ya hiciste una primera lista de buenas intenciones pero sabes que son papel mojado, aquí van retos alcanzables que te harán sentir mejor.

Y no te harán sentir mejor porque los vas a cumplir en una semana, sino porque en el proceso de empeñarte por sacarlos adelante podrás encontrar felicidad.
A veces soñamos con que vamos a ser perfectos, pero de una forma tan difícil y distinta a como es nuestra naturaleza humana, que es imposible que lleguemos a cumplir nuestras propias expectativas.
Tomás de Aquino decía que lo perfecto es enemigo de lo bueno. Si aspiras al 10 y esperas a que los astros se coloquen de tal forma que te sean propicios, es posible que nunca lo cumplas.
Además, tanta perfección te paraliza: nunca encuentras el momento ni el lugar adecuado para cumplir el propósito perfecto. Es como cuando uno dice que se pondrá a dieta pero lo deja para cuando haga todas las comidas en casa (o sea, nunca posiblemente).

El primer propósito

Así que nuestro primer propósito del año va a ser: hacer propósitos realistas. No somos superman ni superwoman, lo que pretendemos es dar un paso adelante y mejorar en algunos aspectos.
Fuera esos años en que la lista de propósitos era: ir al gimnasio, hacer dieta de adelgazamiento, dejar de fumar, no tomar alcohol… en plan radical.
No hay nadie que los haya cumplido y por eso son un tópico que da risa cuando alguien habla de ellos.
Es mejor poner medidas a los propósitos. Es decir, “customizarlos”. Determinar en qué proporción me conviene plantearlos para que no los vea como algo imposible de asumir.
Vamos a por ellos y a continuación hay una lista.
El orden en que están escritos no es jerárquico. Tú eres quien deberá dar más importancia a unos que a otros.
Puedes ir a por todos a la vez o puedes empezar por tres de ellos e ir incorporando cada semana uno, si lo ves más asequible. 
Recuerda que en la lucha por cumplir propósitos, batallar en uno hace más fácil batallar en los demás porque uno va adquiriendo hábitos y destreza, va aprendiendo de los errores y se va animando cuando ve que las cosas salen (aunque sea en victorias diminutas).

La lista de los once siguientes

2. Reflexionar sobre el día a día para que la vida no se me vaya de las manos sin saber por qué hago las cosas, por ejemplo, cómo quiero tratar a mi familia, cómo hago por mejorar como persona en el trabajo, qué medios pongo para hacer más agradable la vida de las personas que dependen de mí, cómo soy como jefe o cómo soy como empleado, cómo me implico en el barrio y en las asociaciones locales, cómo debería ser mi carácter…
Eugenio Marongiu - Shutterstock
3. Ponerme en contacto con esa persona con quien estoy enfadado y pedirle perdón.
  • El perdón es para quien lo concede, no para quien lo recibe
  • Perdonar, porque la herida que sufrimos pudo haber sido causada por nosotros en otras circunstancias
  • El perdón requiere tiempo. El perdón no tiene por qué hacer desaparecer inmediatamente el dolor asociado a la ofensa. 
  • El perdón no es un regalo al culpable, sino algo que se elabora en el interior de nosotros mismo. No significa necesariamente reconciliación. Perdonar es una decisión, al margen del perdonado, de dejar ir el dolor.
Shutterstock / MOnkey Business Images
4. Conectar con más frecuencia con la naturaleza.
ALa idea es transmitir a los niños y los adultos una pasión por estar en la naturaleza y experimentarla. “De verdad, no tienes por qué salir de la ciudad. Todo lo que necesitas es encontrar tiempo para la naturaleza en tu horario”, asegura Jakubowski.

Dejar la tablet

Hay una cosa importante que todavía no hemos mencionado. ¿Cómo podemos persuadir a los niños para salir al exterior, especialmente a los mayores, que ya están acostumbrados a pasar tiempo con un móvil o una tablet en la mano, y para quienes los paseos en el bosque son aburridos? Según Jakubowski, la solución ideal sería hacer del contacto con la naturaleza una parte del programa escolar. “Necesitamos un equilibrio entre adquirir conocimiento en la clase y participar en el aprendizaje del medio ambiente de forma interactiva.
5. Dedicar más tiempo a determinada persona de la familia (la que se me ha ocurrido en tres segundos).
6. Hacer un voluntariado.
Realiza actos de gentileza: dale aventón a un amigo, haz voluntariado. Las investigaciones han demostrado que las personas que viven en la generosidad (es un estilo de vida) son más felices.
7. Blindar los días de fiesta. Aparcar el trabajo y dedicarlos a la familia.
8. No quejarme por cosas sin importancia.

9. Dedicar un tiempo semanal a la lectura.
10. No acostarme sin antes haber hecho las paces en casa.
© Sylvie DUVERNEUIL I CIRIC
Couple
11. Cuidar el orden material: dejar cada cosa en su sitio.
Shutterstock-Kostikova Natalia
12. Dedicar un tiempo semanal a mis amigos.

Recopilación de artículos de estos autores:

Dolors Massot | 
Marta Brzezińska-Waleszczyk

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