Era atea, su bebé iba a morir y entonces oró a Dios: hubo milagro y ella se bautizará en esta Pascua. Poli Sanchiz / ReL26 febrero 2018

Era atea, su bebé iba a morir y entonces oró a Dios: hubo milagro y ella se bautizará en esta Pascua

Jazz Yue Yi Li pensaba que Dios no era real. Su vida había transcurrido ajena a Él, hasta que fue testigo de un milagro protagonizado por ella misma y su hijo recién nacido, lo que le hizo dar un vuelco total a la forma en la que veía a Dios.
El 6 de abril de 2017, tras un embarazo tranquilo, Yi Li dio a luz a su hijo Mark Yi Hoang. Pero justo tras el parto los médicos tuvieron que llevarse al bebé a cuidados intensivos pues se debatía "entre la vida y la muerte”. Mark había contraído una Infección estreptocócica del grupo B, enfermedad conocida con el nombre de EGB, que puede darse durante el parto.

1 entre 4.000
Aunque se hayan administrado los antibióticos necesarios a la madre, las posibilidades de que un bebé nazca tras contraer el EGB son de 1 entre 4.000. Afortunadamente, Mark había nacido, pero tenía muchos problemas. Por culpa de la infección bacteriana había contraído meningitis y septicemia.
“Yo estaba fuera, en el pasillo, mirando la sala de operaciones. Le vi dejar de respirar tres veces”, ha contado Yi Li. “Fue una experiencia traumática”. En aquel momento ella no era creyente. “Nunca lo había sido antes. Simplemente pensaba que podíamos hacer las cosas a nuestra manera”, cuenta a CatholicLeader.


"Dios no nos dejará enterrarle"
Sin embargo, pese a que ella era atea el marido de Yi Li, Joseph Hoang, era católico. Él la animaba diciendo que todo lo que podían hacer era rezar por el bebé. “Joseph estuvo allí, apoyándome, y me invitaba a creer, a creer en que Dios podía obrar un milagro”, ha explicado Yi Li. “Dios no nos dejará enterrarle, me decía”. “Yo no tenía esperanza”, ha contado ella. “Estaba muy deprimida porque el doctor había dicho que si el bebé volvía a dejar de respirar esa noche, moriría”.
Al final, Yi Li hizo caso a su marido y rezó. “A la mañana siguiente, seguía vivo”, cuenta Yi Li. Aunque había sobrevivido, los doctores pronosticaron que era muy probable que Mark acabara ciego o sordo como consecuencia de la enfermedad. Mark apenas pudo moverse durante varios meses.
El ejemplo de la esperanza
“Ni siquiera en ese momento pensaba en ir a misa, pero Joseph seguía diciéndome que debía creer en los milagros”, explica Yi Li. Ella no pensaba que pudiese ocurrir un milagro,pero estaba animada por la fe de Joseph, que sí lo esperaba.
El ejemplo que daba Hoang con su esperanza animó a Yi Li a empezar a ir a la catequesis de adultos en la parroquia de Southport, en Brisbane, cuyas sesiones están abiertas a personas que quieren saber cómo convertirse al catolicismo. “Pensé que tal vez había una oportunidad y que alguien podría hacer algo por mi hijo”, explica Yi Li. “Si alguien podía, ese era Dios”.
El padre Jan Bialasiewicz, sacerdote de la parroquia, le animó a que rezara por la recuperación de su hijo y fue guiándola poco a poco en su proceso de conversión. Poco después, su hijo Mark fue bautizado y ahí fue cuando realmente cuando ella dio un salto hacia la fe.


Si buscas a Dios, lo encuentras
Su bebé ya había progresado mucho. Tenía ocho meses, y ya podía sentarse y mantener la cabeza erguida. “Ahora tiene diez meses y medio, y puede caminar a gatas e incluso levantarse”, cuenta Yi Li. “Es como un niño normal”. Pese a su mejora, Mark fue diagnosticado con discapacidad visual, causado por el daño cerebral. Sus padres deben estimular su vista a diario; los progresos ya se hacen notar.
“El mes pasado no podía vernos, pero ahora nos mira y sonríe, incluso si no hacemos ningún ruido”, explica el Yi Li. “Ha ocurrido un milagro que me ha hecho creer mucho más de lo que jamás hubiera pensado. Al principio pensé que moriría, después que estaría en una silla de ruedas para siempre, y solo con rezar y creer en el milagro, está casi totalmente curado”.
El 31 de marzo, en la Vigilia de Pascua de este año Yi Li se bautizará, confirmará y hará la primera comunión en la parroquia de Southport. Todo ello el mismo día que su hijo cumplirá su primer año. “Si buscas a Dios, le encuentras”, ha dicho Yi Li.

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