¿Ser honestos nos hace más felices o nos mete en problemas? por Javier Fiz Pérez
¿Ser honestos nos hace más felices o nos mete en problemas?
¿Qué valor tiene la honestidad?
Si la honestidad es realmente la mejor política entonces, ¿por qué hay tanto engaño?
A primera vista el concepto de honestidad parece bastante simple. Todo lo que tienes que hacer es decir la verdad en cada situación. Entonces, ¿por qué personas sinceras justifican distorsionar la verdad en ciertas situaciones?
Existen numerosas situaciones que de forma muy rápida pondrán a prueba nuestra determinación de ser completamente honestos.
Podemos recordarnos durante nuestra infancia cuando queríamos evitar ser castigados. El miedo lleva los niños a mentir en un esfuerzo de evitar consecuencias que se consideran negativas. De este modo se presenta la mentira como menos dolorosa que la honestidad, al menos aparentemente.
Justificaciones de la falta de honestidad
Además de evitar las consecuencias de nuestras acciones se encuentran más razones por las que “merece la pena” no ser del todo honesto:
- Tratar de no herir los sentimientos de alguien o su orgullo.
- Evitar que otros piensen mal de nosotros.
- Miedo de que alguien pueda robar nuestro reconocimiento.
- Pensar que estamos protegiendo a alguien.
- Proteger nuestro ego al evitar pasar vergüenza.
- Evitar que nuestra imagen o reputación este en entredicho.
- No nos gusta alguien pero no queremos que se sepa.
- A primera vista se podría pensar que estas son razones perfectamente legítimas para torcer un poco la verdad.
- Después de todo, ¿no es por un bien mayor?
Pues bien, comprar este tipo de razonamiento retorcido es lo mismo que decir que el fin siempre justifica los medios. En otras palabras, está bien hacer algo malo siempre y cuando obtengas los resultados que deseas.
Ser honesto requiere valor y tacto
Ser honesto exige coraje porque esta nos hace vulnerables y requiere que seamos responsables. Para evitar herir los sentimientos de los demás con nuestra honestidad también se requiere tacto.
Está claro que ser verdaderamente honesto implica algo más que decir la verdad en cada situación pero para las personas con integridad es la única opción aceptable.
La honestidad se ha convertido en un requisito deseado y deseable en todos los ámbitos vitales.
Mantenerse honesto permite sobre todo aumentar la confianza en uno mismo.
En esa delgada línea que separa lo que está bien y lo que está mal, nuestra honestidad personal nos puede mostrar el camino de lo que realmente es correcto.
Ser honesto no siempre será el curso de acción más sencillo o el más conveniente pero es el que te dará integridad. Las personas con integridad siempre reconocerán y apreciaran tu honestidad y coraje.
Publicado originalmente en: es.aleteia.org
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